BIOGRAPHY

Carola Sánchez: Poéticas de la Imagen en Movimiento
La práctica artística de Carola Sánchez se erige como un laboratorio constante de pensamiento visual, donde las imágenes no solo representan, sino que desestabilizan y convocan. En un diálogo continuo entre lo visible y lo sensible, su obra explora los territorios de la videodanza, el videoarte y las formas gráficas como escenarios donde las disciplinas convergen, revelando lo que Georges Didi-Huberman llamaría “la supervivencia de las imágenes”.
Su colaboración de más de once años con la coreógrafa chilena Elizabeth Rodríguez no es solo un espacio de creación, sino un acto de resistencia: un entrelazamiento entre teoría y práctica que desborda los lenguajes del cuerpo y la imagen, creando territorios que interpelan tanto al espectador como al medio mismo. Este diálogo interdisciplinario ha sido reconocido internacionalmente, con exhibiciones en Europa y Asia, y ha posicionado a Carola como una figura clave en el panorama de la danza contemporánea y el videoarte chileno.
En el ámbito de las puestas en escena, Carola transforma el gesto y el movimiento en materia visual, generando obras que se inscriben en una “política de la imagen”. Su obra publicitaria, lejos de limitarse a lo comercial, se convierte en un espacio de experimentación visual que ha recibido importantes reconocimientos como los Leones de Plata en Cannes y premios en festivales internacionales. Su capacidad para unir poesía visual y narrativa contemporánea le ha permitido trabajar con marcas globales y crear campañas memorables.
La formación crítica de Carolina, enriquecida por seminarios y talleres con figuras como Georges Didi-Huberman, se refleja en una obra profundamente consciente de la “densidad histórica” de las imágenes. En piezas como Cuando Bailo, Bailo o Al Agua, Carolina articula una poética visual que no solo narra, sino que abre interrogantes, invitando al espectador a detenerse y reflexionar sobre lo que ve y lo que intuye.
En palabras de Didi-Huberman, las imágenes no son simples evidencias, sino fragmentos de memoria y futuro. Carola Sánchez en su práctica multifacética, encarna esta idea al expandir los límites del lenguaje visual y desafiar las fronteras entre las disciplinas. Su obra es un testimonio de cómo el arte puede interpelar, transformar y resistir, construyendo espacios para pensar lo que aún no se ha dicho.

Mi práctica artística surge de la necesidad de habitar la imagen como un espacio de pensamiento, resistencia y encuentro. Entiendo las imágenes no como productos cerrados, sino como gestos abiertos, supervivencias que condensan historias, afectos y conflictos. En este sentido, mi trabajo no busca representar, sino desbordar; no describe, sino que convoca.
El video, la gráfica y la puesta en escena son para mí territorios donde las disciplinas se cruzan y los cuerpos se despliegan en diálogo con su entorno. Desde mi colaboración con coreógrafos hasta mis exploraciones personales en el videoarte, he intentado construir imágenes que inscriban la memoria, pero también la pregunta, que den cuenta de aquello que no siempre se ve, pero que insiste en aparecer.
Inspirada por el pensamiento de Georges Didi-Huberman, concibo el acto de crear como un acto de resistencia frente a lo evidente. En mis obras, el cuerpo y la imagen se entrelazan para revelar las tensiones entre lo visible y lo invisible, entre lo que el espectador espera y lo que la obra puede mostrar. Trabajo desde la intuición de que toda imagen tiene una historia que no solo pertenece al pasado, sino que proyecta un futuro, una posibilidad de transformación.
Creo profundamente en la capacidad del arte para abrir espacios de reflexión y empatía, para desestabilizar certezas y convocar nuevas formas de mirar. En cada obra, busco no solo mostrar, sino también interrogar; no solo conmover, sino también construir. Mi objetivo es que la imagen respire, que el espectador sienta su peso, su temporalidad y, sobre todo, su capacidad de persistir y resistir.

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