BIOGRAPHY
Para Antón Azabal (Albacete, 1971) la pintura no es la puesta en práctica de una previa conceptualización sino una naturalísima función de vida. La imaginación, la intuición y los procesos reflexivos son un magma simultáneo, una energía que pone en marcha el proceso creativo. Y crear es un acto de libertad y funambulismo, o no es: un salto sin red cuyo camino solo se conoce mientras se traza. Entre el impulso de pintar, entre la idea y el lienzo aguardan siempre las transformaciones, la anulación del tiempo lineal, el misterio de estar vivo.
Paisajes naturales y urbanos en los que la luz inventa el color y el extrañamiento sacude la conciencia. Como en la hermosa definición de Marc Chagall, Antón Azabal hace de su arte el reflejo activo del estado del alma.