BIOGRAPHY

Mis primeras manchas y dibujos surgen en mi pueblo natal, María Susana, Argentina.

Apasionada por las “Matemáticas” y “ el Arte” jugando con ellas me recibí de Ingeniera en la UTN-FRR lo que me permitió viajar por el mundo dirigiendo proyectos, pero siempre conviviendo ambas cuál Fibonacci en “Las Meninas” He viajado. He vivido en Paris, Miami, NY, Chile, por allá en el 2013, en el taller de Mario Gurfein jugué con las transparencias de la acuarela, contrastando colores, encendiéndolos.

En 2020 me rompí, sufrí la pérdida más profunda de mi vida, la tristeza no me dejaba respirar…….y juntando mis pedazos, en las callecitas de Paris recordé las palabras de Matisse “ Se empieza a pintar cuando no se hace pie en el mar, no cuando se nada en la orilla” ….. y permití que mis fantasmas dejaran de sostenerme y con pasteles convertí mi dolor en un homenaje a “Ella” , serie que exhibí en el Palacio Paz “Dejé en reposo la Ingeniería, lo mío es pintar”.

Ya lejos de mi Pueblo natal, podes ver mis obras en mi refugio de Uruguay y Juncal (Buenos Aires, Argentina)

STATEMENT

Los trabajos que hago tienen derrames de colores. Me involucro maníacamente en el paisaje mental, y descubro un caos, pero es mi caos, y lo abrazo, y lo libero……. Mancho.

Me obsesionan los colores… y los animales. Pinto animales que no intentan ser reales, sino que pretenden un goce imposible o prohibido a partir de la mirada. Recuerdo lo que decía Heidegger “Das Ding”… la cosidad de las cosas…..que no tiene que ver con nada, pero tiene que ver con todo.

En mis pinturas explota el principio de la metamorfosis, generando vínculos inéditos entre la forma y el espacio. Vida de las formas que aparece sin cesar renovada. Trato, con el toque de mi pincel, dar a la obra su cualidad viviente, la de una forma que no es solo valor y color, sino peso, densidad, movimiento.

Se conforman paisajes caóticos -paisaje en chino se dice “montaña-agua”, algo que alberga y contiene todo lo que provoca la animación sin fin del mundo- y que recuerdan las palabras poéticas de Baudelaire: “Quisiera las praderas teñidas de rojo, los ríos amarillo de oro y los arboles pintados de azul. La naturaleza no tiene imaginación”.
Pero además, a esas selvas hechas de estridencias y de gestos, se le suman perros –sugeridos-, tigres, llamas. Como si de la emergencia de ese caos, las imágenes de animales reconocibles vinieran a poner un poco de orden -¿o será un llamado de atención?- al salvajismo colorido de sus mundos.

En ese magma de colores de un cromatismo liberado asoman formas cerradas que se recortan por medio de contornos delineados, y marcas como numerosos pequeños signos ilegibles en esos paisajes a medias oníricos, con contrastes y pasajes donde la energía circula sin freno.

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